Posted by : John Kaimos 22 marzo 2013

¿Cómo se debe sentir una persona al saber que una de las canciones que más veces se ha interpretado a lo largo de la historia fue compuesta para ella por alguien desconocido? ¿Se puede llevar esa carga durante cincuenta años y seguir llevando una vida aparentemente normal? Pues estas preguntas tendríamos que hacérselas a Helô Pinheiro, una carioca próxima a cumplir los setenta años y que cuando tenía diecinueve se convirtió en la Garota de Ipanema... sin saberlo.



A finales de los años cincuenta se desarrolló en Río de Janeiro un nuevo estilo musical basado en una forma particular e íntima de interpretar la samba, con instrumentaciones simples y salpicado de sofisticadas armonías extraídas de las corrientes jazzísticas de la época. Esta reformulación estética de un género local como la samba, vino impulsada principalmente por artistas de clase media blanca de los barrios acomodados de Copacabana e Ipanema (contemporáneos a los de la Generación Beat de Nueva York y California) con la intención de trasladarla de las calles populares a espacios más reducidos donde se pudiera escuchar con más tranquilidad. Esta nueva ola artística, en portugués local "bossa nova", se popularizó enseguida en los ambientes culturales cariocas hasta el punto de convertirse en un género propio. Entre los principales impulsores de este estilo se encontraban João Gilberto, Carlos Lyra, Sérgio Ricardo, Elizeth Cardoso, Tom Jobim y Vinícius de Moraes. Estos dos últimos (compositor y poeta respectivamente) formaban una pareja de inigualable creatividad. En 1958 habían trabajado juntos en la banda sonora de Orfeo Negro un drama musical de donde salieron piezas angulares del nuevo género como Se todos fossem iguais a você o Um nome de mulher. Ese mismo año Gilberto y Cardoso grabaron el disco Canção do amor demais, con composiciones de Jobim y de Moraes, considerado como la mayoría de edad de la bossa nova.

Chega de Saudade, de Vinícius de Moraes, cantada por Elizeth cardoso

Sin embargo, tras cuatro breves años de singladura, la bossa nova entró en crisis de personalidad. Según los puristas, el género se había pervertido demasiado, llegando a perder su marcado carácter brasileño. Mientras varios de los autores antes citados se reinventaban, Jobim y de Moraes seguían en su propia inercia trabajando en diferentes proyectos en la línea ya marcada. En 1962, ambos se encontraban enfrascados en la banda sonora de una comedia cinematográfica en la terraza del Bar Veloso, a una manzana de la playa de Ipanema. Camino de esa playa pasaba todos los días una belleza morena de diecisiete años, ojos verdes y esbelta figura que tenía embelesada a la pareja de artistas. Esta muchacha era Heloísa Eneida Menezes Pao Pinto, a la que todos llamaban Helô, hija de una acomodada familia de Río, que por la época estudiaba periodismo en clases nocturnas, daba clases particulares por las mañanas y paseaba su palmito en biquini todas las tardes rumbo a la playa más famosa de Brasil (vamos, lo que cualquiera de nosotros haría de buen gusto en nuestro tiempo libre si tuviera la suerte de vivir en pleno barrio de Ipanema)

La terraza del Bar Veloso en los sesenta, un nido de palomos en celo

El caso es que Helô tenía loquita a toda la clientela masculina del Veloso, y era habitual que los muchachos salieran en tropel a la terraza para verla pasar y atropellarla con todo tipo de piropos. Ella, coqueta y sabedora de las pasiones que levantaba, entraba en el bar con la excusa de comprar tabaco para su madre, momento en el que los numerosos casanovas se alborotaban a su alrededor, exagerando el cortejo hasta un punto teatral y divertido, que hacía sonreír a la morena y animaba el ambiente del local. Uno de esos casanovas, y no es un adjetivo gratuito, era Vinícius de Moraes. A punto de entrar en la cincuentena y con fama de amante prolífico (se llegó a casar ocho veces), no cesaba de tirarle la caña a la grácil Helô, que lo tomaba como uno más de los clientes enamorados del Veloso. Sin embargo algo encendió la musa en el corazón del poeta, cuando este desechó la letra de una de las composiciones de Jobim para la banda sonora (que por otra parte no le convencía) y la rehizo dedicándosela a la bella garota de la forma que ha quedado para la historia:

Olha que cosa mais linda, mais cheia de graça
É ela a menina que vem e que passa
Num doce balanço caminho do mar
Moça de corpo dourado, do sol de Ipanema
O seu balançado é mais que um poema
é a coisa mais linda que eu já vi passar
Jobim, de Moraes y su garota en un show de la TV italiana en 1978

Encantados con el resultado, Jobim y de Moraes la añadieron a su repertorio habitual con el nombre de Garota de Ipanema y pronto se hizo popular en los clubs nocturnos cariocas, llegando a ser interpretada por una buena parte de los músicos de bossa nova de la capital. La primera grabación comercial del tema la realizó Pery Ribeiro en 1963, incluyéndola en su álbum É todo bossa (Odeon), pero la explosión llegó cuando Verve publicó al año siguiente Getz/Gilberto, un mítico trabajo en el que se conjugaba la creatividad de Jobim y de Moraes con el talento interpretativo de João Gilberto y Stan Getz, en una original e irrepetible fusión de ritmos brasileños con el jazz norteamericano. Este álbum internacionalizó el estilo bossa nova, para disgusto de los puristas, y abrió un nuevo camino artístico en el futuro explorado con éxito por diferentes intérpretes. Junto a Garota de Ipanema, el disco incluía temas de la categoría de standard tales como Corcovado o Desafinado. Getz/Gilberto obtuvo 3 grammys, incluyendo el de mejor álbum del año y el de mejor álbum de jazz instrumental, siendo además el primer trabajo de jazz en conseguir el premio al mejor álbum.

Garota de Ipanema, de Gilberto y Getz, acompañados por Astrud Gilberto

La popularidad de Garota de Ipanema se extendió por todo el mundo y casi todas las estrellas de la música la han llevado a estudio, desde Frank Sinatra a Stevie Wonder, passando por Nat King Cole, Ella Fitzgerald, The Supremes, Sarah Vaughan, o Madonna. Como instrumental standard de jazz se ha grabado incontables ocasiones, por lo que se considera la segunda obra musical más interpretada en toda la historia, después de Yesterday de The Beatles.

Lady Fitzgerald, una clásica con un clásico

Ajena a toda esta trascendencia, la joven Helô continuaba paseando su figura por las calles de Ipanema y seguía entrando en el Veloso en busca del tabaco materno. En 1965, con el tema en la cresta de la ola, Vinícius y Tom abordan a la ingenua muchacha y le confiesan que la garota de la canción es ella. Imaginemos por un momento la cara de sorpresa, la bolsa playera y las cajetillas de cigarrillos por los suelos, al saber que aquello que todo el mundo canta, aquello que se ha convertido ya en el himno oficioso de Río de Janeiro, está dedicado a una misma... Y mamá en casa esperando el Marlboro. La relación de Heloísa y los dos artistas dio un giro venturoso. Se entabló una amistad no empañada por la insistencia de los artistas en tirarle los tejos a la garota, una amistad que pervivió incluso cuando Jobim recibió las calabazas de su vida y vio como la bella bañista se acababa casando con el ingeniero Fernando Pinheiro.

Vinícius de Moraes y Helô Pinheiro, buenos amigos (sólo amigos)

Helô Pinheiro continuó con su vida pero no pudo abstraerse de la "responsabilidad" de haber contribuido a la creación de un clásico musical de primer orden. El interés mediático le persiguió durante los setenta y los ochenta y ella, de alguna manera, supo aprovecharlo. Fue portada de Playboy en 1987 y en 2003 (esta última junto a su hija Ticiane), presentó varios programas de televisión brasileños, tipo magazines y talk show (trabajos que aún desempeña) y creó una línea de ropa (de playa, naturalmente) que comercializa con el nombre de Garota de Ipanema, cosa que le ha llevado a varios conflictos legales con los herederos de Jobim y de Moraes por la apropiación del nombre. Pero, siendo justo, ¿quién sino ella tendría la legitimidad moral de usar ese nombre?

Heloísa, en la actualidad, conserva la belleza que cautivó una generación de artistas
Lista Spotify con varias versiones de Garota de Ipanema:


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